Saturday, October 25, 2014

How to Present a Political Analysis on a TV Show?

       Have you ever heard someone speak about politics on a TV program? This is likely to be a person who studied Political Science. Now that we know that, we can search in a Political Science book about political analysis for mass media. Consequently, we are going to find interesting material about how to communicate political ideas on TV. Therefore, we will realize that there are three very important steps to do a political analysis on a TV show.
         First of all, a political scientist must search information about the topic before the date of the TV program. For instance, if the researcher doesn´t know much about international relations, she or he can find some key data on a database of any international organization. In addition, while the person reads papers about the subject, she or he must online the main ideas on a piece of paper.
        Secondly, another step to do a political analysis on a TV program is the actual preparation for the interview. Before a political analyst enters to the channel’s building, she or he must be able to foresee what kind of questions the interviewer will ask. Therefore, one should be focused on the most interesting facts related to the major topic. For example, “what would your solution to the crisis in Ukraine be?”
       Finally, the third step to show a political analysis on TV in to communicate your ideas clearly and fluently. For example, when a journalist asks you a question, don’t speak fast. Furthermore, don’t forget that your goal is to explain plainly to the people what is happening in the political world. Additionally, don’t pay too much attention to your appearance since you are not a model. Remember that your look is secondary.
      To summarize, as we know, there are three significant steps to carry out a political analysis on a TV show: searching for information about the topic, preparing the answers for the interview, and communicating the ideas clearly. Moreover, as we read before, while a journalist shows breaking news and asks his interviewees appropriate questions, a political scientist must offer his audience a deep but clear analysis about political topics.

Saturday, February 1, 2014

¿Usted es “trosko” o “facho”?

*Publicado el miércoles 28 de enero de 2014 en SEMANARIO UNIVERSIDAD.


       De acuerdo con los datos de la última encuesta de la firma Unimer, entre las múltiples razones por las que la ciudadanía costarricense decidirá su voto el próximo 2 de febrero, la ideología del candidato encabeza el listado. Al parecer, el pensamiento político de los aspirantes a los puestos de elección popular, y por ende, su ubicación ideológica, tendrá efectos significativos en el comportamiento electoral de los votantes.
       Mucho se ha dicho con respecto a la actual campaña político-electoral y la polarización que ha generado, no únicamente en el sistema de partidos políticos costarricense, sino también en la sociedad civil. Sin embargo, resulta necesario sacar a la discusión política del estado minimalista en el que se encuentra, es decir, del péndulo hipnotizador que se mece de izquierda a derecha sin sentido alguno.
        A la ligera se ha tomado la supuesta ideologización de los partidos políticos, al igual que la de las personas que ni simpatizan ni militan en estos; en otras palabras, se ha pensado que todas las fuerzas políticas son, per se, una representación de alguna doctrina definida, o bien, que ocupan una posición a lo interno del espectro ideológico, que dicho de paso, en falsos supuestos, reflejan una realidad que sólo puede ser negra o blanca (y no es así).
       ¿Cómo se diferencia cuando una personalidad o partido político es de izquierda o de derecha, más allá de aquel viejo escenario de la Guerra Fría? ¿Qué parámetros se toman en cuenta para saber cuando una persona es “troska” o “facha”?... ¿y si no es ninguna de estas dos?
La llamada “polarización” no ha hecho otra cosa más que bajarle la calidad al debate político, reduciéndolo a aquella insalubre “receta” de lo público a la que sólo se le pueden agregar dos ingredientes: el Estado o el mercado (de forma excluyente). ¿Será que no tiene acceso a otros criterios para poder evaluar a los partidos políticos y sus respectivos candidatos?
Hay que dejar el fundamentalismo de un lado e hilar más fino; dejar de etiquetar a la gente de “troska” o de “facha”, sin antes haberse tomado la molestia de conocer tan sólo un poco acerca de lo que fue, ha sido y es el “trotskismo” y el “fascismo” (junto al nacionalsocialismo alemán), que me parece, no tienen mucho que ver con las calificaciones que se pretenden hacer muchas veces y que poco importan.
          Cuando se hace referencia a los “troskos” y “fachos”, pareciera que se está recurriendo a una moda lingüística, pero a la vez, queda en evidencia que no se tiene la más mínima consciencia histórica que nos dice que los tiempos han cambiado y que hay que llamar a las cosas por su nombre, sin caer en un confort que conduce a percepciones equívocas.
           ¡Los mismos partidos políticos son los culpables! ¿A quién se le ocurrió ponerle “Movimiento Libertario” al partido de Otto? ¿Se habrán preguntado antes que significaba el término “libertario”? ¿En el actual “Movimiento Libertario” hay “anarco-capitalistas” o “anarquistas”? Esto pareciera ser un completo sin sentido. ¿A quién se le habrá ocurrido ponerle “Partido Comunista” a aquella fuerza que descansa en la memoria del siglo pasado? ¿Habrán hecho -al menos- una reflexión acerca del “comunismo”? Ah no, si aquello era el “comunismo”, pero “a la tica”.
        Esta breve opinión pretende poner en perspectiva –aunque de manera superficial- a los dos “extremos” del espectro ideológico que penetran en la actual contienda electoral, pero usted después de leer este semanario se preguntará… ¿qué pasa si Costa Rica empieza a cuestionar la esencia misma del “socialcristianismo”, la “socialdemocracia”, el “socialismo”, el “humanismo” y el “progresismo”? Cada una de estas corrientes ideológicas tiene consigo una serie de valores, que son, a la vez, el corazón de su existencia. Lo difícil está en diferenciar estos valores en la palestra de propuestas que ofrecen los aspirantes a los cargos públicos, principalmente cuando las acciones camaleónicas no le permiten al ciudadano o ciudadana tomar una decisión en cuando a la intención de su voto. Todo se desdibuja y nada se diferencia. Esa es la norma que prevalece. Pero “de boca” si se sabe que hay “troskos” y “fachos”, que hay comunistas, socialistas, libertarios, socialcristianos, progresistas y otros fantasmas.
            En estos días no sólo está en juego el quién va a decidir acerca de los asuntos públicos durante el próximo cuatrienio, sino que también están en “veremos” las ideas y valores que dirigirán la acción política del país. Mientras tanto, la sociedad se encuentra contra la pared de la confusión y el miedo, acorralada por palabras de moda y etiquetas entorpecedoras.